Ya ha pasado
una semana y me sigue costando asimilar la realidad. Hoy cumplías 21 años. Es muy doloroso que una
persona tan joven nos abandone tan pronto y de forma tan inesperada. El mundo
sigue tal y como lo dejaste pero nos ha quedado un vacío enorme. Los padres
nunca deberían enterrar a los hijos.
No dejo de
recordarte, siempre hemos tenido la misma edad y he vivido muchos momentos
contigo desde niño cuando disfrutábamos con inocencia de tantas aventuras. Siempre te imaginé en las
imágenes de mi futuro y me está costando aceptar que ya no estarás en esas escenas. La de
cosas que podría contar, esas mañanas jugando en la calle, esas tardes en la
casa de abuela escuchando historias, esos días de ir al campo, los días en que
nos íbamos de escalada con el tío Román, esos cumpleaños, cenas y comidas familiares, o
simplemente cuando te encontraba por la calle, tengo historias de todo tipo con
las que quedarme.
Cuando una
persona muy querida tenía problemas difíciles, antes de que yo pudiera llegar allí estuviste tú, salvándola, protegiéndola, desinteresadamente como solo lo
hacen los héroes.
Desde tu
marcha, me has dejado una profunda tristeza, no dejó de recordar tu risa. Y te
veo tan alegre mientras cantábamos villancicos todos juntos en casa de la abuela
hace poco más de dos meses…
Se va una
persona muy joven con muchas ganas de vivir, de luchar, la vida es realmente
incoherente, eso sí, has vivido 20 años disfrutándolos como nadie.
Porque hay
gente que vive mucho más en 20 años que otros que llegan a los cien y son
verdaderos muertos andantes. Hay que disfrutar de cada detalle de la vida y yo
creo que tú fuiste de los primeros, de los que sabían vivir la vida.
Me molesta
enormemente ver a la gente amargarse por cualquier tontería y discutir por cosas que realmente no tienen importancia. Hay que valorar la
vida, es maravillosa y se queda corta para disfrutarla. No dejaré de hacer
locuras nunca, de ser alegre y siempre te recordaré.
Nos has
dejado muy tocados pero nos daremos mucho cariño, la familia se necesita más
que nunca. Te has ido demasiado pronto y vamos a extrañar mucho tu presencia.
Ahora me
gustaría que algunas de las teorías de la abuela fueran ciertas, pero pensándolo
bien algo tienen de verdad, no seremos inmortales pero has dejado tu huella muy
profunda en este mundo, en muchísima gente que te quiere.
Has
triunfado en esta vida, te has rodeado de muchas personas que te amaban, porque has
sido una persona auténtica.
No he visto
tu cuerpo porque quiero tener tu recuerdo alegre en vida. Me han dicho que al
irte, tu cara expresaba tranquilidad y felicidad, espero que lo que hayas visto
al marcharte te haya gustado.
El cielo
ahora se lleva un artista, acércate a todos los que están allí que te quieren
mucho y hazlos disfrutar con tu música, algún día nos reencontraremos.
Me gusta
imaginarme que estás ahí, con el abuelo y los que se fueron antes,
observándonos entre risas y esperando que nos pongamos a disfrutar de la vida
ya, porque un día nos reuniremos todos de nuevo, contaremos chistes e historias, reíremos y será un momento realmente
maravilloso.
Sé muy bien que nos
has querido mucho, cuida de tus padres y hermanos, de todos nosotros, de tus amigos y
guíanos para que podamos rehacernos, salir de esta pesadilla y ser felices. Ayúdanos
a disfrutar más los unos de los otros.
Pondré tu
foto en mi habitación, te seguiré dando los buenos días y las buenas noches. Agradezco
muchísimo que hayas estado presente en mi vida, ha sido todo un privilegio. Sé que ahora solo me salen lagrimas de tristeza por tu rápida marcha pero te prometo que te
recordaré siempre con mucho amor y alegría mi querido primo Rodrigo.
Te extraño.
Te quiero. Eres grande.
No hay comentarios:
Publicar un comentario